Transformación física, metamorfosis, sexualidad percibida de manera repulsiva, disgusto con las funciones sexuales y el sistema reproductivo masculino

Los sueños de rana siempre están relacionados con la sexualidad, la transformación física e interior que experimenta todo ser humano. En realidad, la transformación física de este batracio para alcanzar su tamaño adulto es radical. Primero es un renacuajo, adaptado a la respiración acuática con sus branquias, próximo al pez, luego se metamorfosea en un animal de cuatro patas, adaptado a la respiración al aire libre, dotado de pulmones.

Los genitales de los seres humanos sufren una transformación algo similar. Al principio solo se adaptan a las funciones de expulsión de la orina (funciones mecánicas), en el momento de la pubertad cambian para hacerse más visibles y adaptarse a las funciones sexuales. El deseo se vuelve más consciente. Ya sea en la vellosidad o en las proporciones, la metamorfosis es radical. Ninguna otra parte del cuerpo cambia tanto.

La rana simboliza la mirada preocupada de un adolescente sobre sus genitales maduros, cuando la sexualidad se le aparece como algo un tanto repulsivo, a veces sucio y vergonzoso. La frialdad de este batracio y su humedad representan la percepción lejana de esta parte de nuestra anatomía y sus funciones. Sólo el amor puede transformar esta visión de la sexualidad. Lo que nos parecía frío y repulsivo, incluso animal, se convertirá en un sentimiento suave y cálido gracias al transporte del amor.

Si la rana está presente en el sueño de un adulto, es porque éste permanece aislado de su sexualidad y de su cuerpo. Debe integrar esta transformación dentro de sí mismo.

Este enfoque está muy bien representado en el simbolismo de los cuentos de hadas. La rana miserable que la gente común desprecia es en realidad un hada que tomó esta apariencia para probar al hombre. El hada representa toda la magia propia de la mujer y de su sexo fértil. Quien es capaz de ver todo este potencial que tiene una mujer accede a una energía interior que lo convierte en un hombre con mayores poderes. Los deseos concedidos por el hada representan este potencial ligado a la sexualidad aceptada y expresada. Si los deseos se evaden en los cuentos de hadas, están implícitos en tal apariencia.

Más descaradamente, el sapo es sinónimo de fealdad. En sueño, simboliza el exterior, la apariencia muy fea de una cosa. En los cuentos de hadas, es el príncipe azul quien ha sido transformado por una bruja malvada. Todo lo que la princesa tiene que hacer es besarlo para que recupere su verdadera apariencia. Sólo el amor puede permitirle realizar este gesto. Es un miedo a la sexualidad, una repugnancia que sólo el amor puede transformar en algo maravilloso. El sapo, como el príncipe que ha sufrido un hechizo, es del género masculino. Así, simboliza la percepción del sexo masculino que, si se detalla con una mirada clínica, no es un pico de estética, y que se hincha para embellecerlo. A través de la magia del transporte amoroso y el deseo, se vuelve verdaderamente hermoso.