El poder de la mandrágora

Fueron los libros de Harry Potter los que la hicieron más conocida. Pero la mandrágora, la raíz misteriosa con forma humana, es uno de los ingredientes mágicos más antiguos y poderosos, utilizado durante muchos siglos.

La mandrágora es una de las plantas cuya historia está más envuelta en leyendas y mitos, profundamente ligada a la magia. Mencionado incluso en la Biblia, ya era cultivado por griegos y egipcios. Procede del Himalaya y Palestina, creciendo en suelos húmedos y arenosos.

La raíz de mandrágora se asemeja a la figura humana, con piernas, brazos y cabeza. Por eso se dice que es “un hombrecito que duerme en la tierra”.

Su origen está envuelto en un misterio, ya en la Edad Media se decía que la planta gritaba cuando era arrancada de la tierra, emitiendo un grito tan alto que era capaz de volver loco a quien la recogía. Los preceptos mágicos dictaban que la mandrágora se cosechara en una noche de Luna Llena, cerca del amanecer, lo más cerca posible del Equinoccio de Primavera.

Existía una tradición en la Edad Media de recolectar esta planta con mucho cuidado y con la ayuda de un perro: la planta se sujetaba al perro, que al correr la soltaba del suelo. Después de la cosecha, lavaban la raíz con vino y la guardaban envuelta en seda roja o blanca.

Aunque es difícil de obtener, valió la pena cosechar esta planta porque la mandrágora es una de las hierbas protectoras más fuertes que existen. Tiene el poder de atravesar cualquier daño que se haya hecho, aumentando el poder personal de su poseedor. También tiene fuertes propiedades medicinales, pero es venenoso, por lo que no debe ingerirse de ninguna manera. Se dice que la mandrágora tiene el poder de ahuyentar los demonios y todos los malos espíritus.

Se relaciona con el planeta Mercurio y el Elemento Tierra, siendo especialmente utilizado en rituales de protección.